martes, 11 de marzo de 2014

No me gustan los demás porque los demás no son tú.

Recuerdo la primera vez que te vi y nuestros ojos se encontraron por accidente. Todos los días me encontraba contigo, siempre por casualidad o tal vez era el destino. Quién sabe. Pero llegó un momento que sin darme cuenta te empecé a esperar, solo para verte cinco segundos o quizá un poco más. Poco a poco empecé a pensar en ti cuando estaba aburrida o a pensar en ti porque sí. Y lo sentía tan extraño que pensaba que era algo malo. Y debo confesarte que me encanta la forma en la que te ríes de vez en cuando. Me encanta como caminas y el sonido de tu voz. Me encanta esperarte y que me pilles mirándote, como si fuese algo malo pero que está bien. Me encantan tus ojos y esa sonrisa de chico malo que me vuelve loca sin querer. Y me encanta que a veces sin querer se me escape tu nombre y me salga esa risa tonta, o que me hablen de ti y sentir ese hormigueo en el estómago que me da ganas de gritar, de reír y de cantar. Y sin querer me he puesto ha pensar y... *BANG*, me he dado cuenta de que estoy totalmente enamorada de ti y estoy asustada pero es la verdad. Estoy enamorada de ti y no hay ninguna otra explicación. Y sin querer, aquí estoy una vez más, escribiendo esto como si tú lo fueras a leer.